miércoles, 13 de marzo de 2013

¿Cómo ves?




Por Antonio Montiel.

Esto es un asalto chido
 Saquen las carteras ya
Bájense los pantalones
Que los vamos a vas…culear.
(Rockdrigo Gonzales)


El proceso instrumental que ha devenido con la renovación desmesurada de los medios de producción en la economía moderna a partir del siglo XX, exige la adaptación económica, política y cultural de las diversas sociedades alrededor del globo terrestre. Las ciudades intentan apropiarse del proyecto de modernidad vigente, para sobresalir y declararse como pioneras en infraestructura social y cultural, se atreven a contribuir a los nuevos discursos del capitalismo para competir mundialmente en las innovaciones tecnológicas e industriales. Las ciudades capitalistas reproducen la vida social en torno a las siempre modernizadas dinámicas productivas y de consumo, aniquilando a cualquier consto a las formas que en su adaptación no han podido mantenerse en vigencia en la vorágine mercantil.
            En la ciudad converge la tradición y la modernidad. El proceso de adaptación de los diversos sectores sociales a las dinámicas modernas del mercado ha determinado la organización cultural de los diversos grupos humanos. La emigración de los individuos de pequeñas comunidades a las grandes urbes ha traído problemas en la organización y abastecimiento de las ciudades, creando contradicciones que la propia modernidad con su rigurosidad técnica no ha podido superar. Problemas y conflictos sociales en coyunturas históricas determinadas han estructurado formas de supervivencia; es decir, las formas de socializar quedan permeadas por los modos de reproducir la vida en medio de la pobreza y de las crisis económicas que atañen a los individuos. El proceso de adaptación en determinados grupos sociales marginados ha creado una “cultura de la pobreza”, con sus propias representaciones y discursos, mentalidades e ideologías, hasta escenarios del rock y la aparición de los “chavos banda” como narrativas de protesta.
            El cine etnográfico de Paul Leduc plasma en sus cintas fílmicas a la ciudad de México –a la vieja ciudad moderna−  y como ésta ha intentado superar las contradicciones de la modernidad de los años 80´s.  La realidad de un barrio marginado queda capturada en el lente de Leduc, el desplazamiento de la imagen capta la organización social de los individuos en el tránsito de la escasez. La película nos demuestra como la inversión capitalista en las grandes ciudades sólo beneficia a determinado sector social, es cierto que las nuevas ciudades han planificado su distribución urbana en base a la división económica y de trabajo, ponen atención −en una idea progreso desmesurado− a las fuerzas productivas de mayor importancia, excluyendo a sectores vulnerables que no logran o no tienen los medios para desenvolverse libremente en lo que la ciudad ofrece a determinados tipos de habitantes.
            La película narra el desarrollo de un grupo humano en las periferias del Distrito Federal,  y su proceso arduo de adaptación a la modernidad capitalista. La reproducción cultural del barrio excluido que nos muestra Leduc, es enriquecida por la diversidad de los modos de subsistencia o de ingresos económicos y por los ratos de ocio de sus habitantes, esto es, que las dinámicas laborales o las formas de obtener dinero marcan un ritmo social y modos de convivencia conflictiva entre obreros, chavos banda, y delincuentes ¿pues dígame usted dónde regalan trabajo? La descripción etnográfica de la vida cultural  –material y simbólica− en la película, dan muestra de la falsa idea de progreso en las políticas públicas, dejando claro que las ciudades nunca han sido pensadas para los pobres, ocasionando una mala distribución e insalubridad en las viviendas, falta de trabajo, delincuencia, autoempleos sin demanda laboral, etc.  
            Roberto Sosa dramatiza a un adolescente huérfano que intenta sobrevivir de los conflictos que amenazan a su sector social, su vida social se desenvuelve en dos momentos: siendo obrero en varios trabajos pesados que a su edad le es difícil realizar con eficiencia y como chavo influido por el medio juvenil. La teatralización rokcanrolera se ve representada en las formas de comportamiento vandálico y a la vez reprimido de los jóvenes punks y banda, protagonistas y víctimas de los conflictos presentados en la película. Trágico y objetivo es este film −pues ¿cómo ves? ¿Está dura no? Dos/tres− en respuesta a las políticas neoliberales como en su tiempo fue “Los Olvidados” de Buñuel. La modernidad ha consumido a la realidad, y ésta en respuesta no ha tenido los medios para posicionarse cómodamente ante ella, y estas contradicciones quedan materializadas en la vida práctica de la ciudad y de los habitantes, en especial, los propensos a la escasez económica.