Por Antonio Montiel.
Esto es un asalto chido
Saquen las carteras ya
Bájense los pantalones
Que los vamos a vas…culear.
(Rockdrigo
Gonzales)
El
proceso instrumental que ha devenido con la renovación desmesurada de los
medios de producción en la economía moderna a partir del siglo XX, exige la
adaptación económica, política y cultural de las diversas sociedades alrededor
del globo terrestre. Las ciudades intentan apropiarse del proyecto de
modernidad vigente, para sobresalir y declararse como pioneras en
infraestructura social y cultural, se atreven a contribuir a los nuevos
discursos del capitalismo para competir mundialmente en las innovaciones
tecnológicas e industriales. Las ciudades capitalistas reproducen la vida
social en torno a las siempre modernizadas dinámicas productivas y de consumo,
aniquilando a cualquier consto a las formas que en su adaptación no han podido
mantenerse en vigencia en la vorágine mercantil.
En la ciudad converge la tradición y
la modernidad. El proceso de adaptación de los diversos sectores sociales a las
dinámicas modernas del mercado ha determinado la organización cultural de los
diversos grupos humanos. La emigración de los individuos de pequeñas
comunidades a las grandes urbes ha traído problemas en la organización y
abastecimiento de las ciudades, creando contradicciones que la propia
modernidad con su rigurosidad técnica no ha podido superar. Problemas y
conflictos sociales en coyunturas históricas determinadas han estructurado
formas de supervivencia; es decir, las formas de socializar quedan permeadas
por los modos de reproducir la vida en medio de la pobreza y de las crisis
económicas que atañen a los individuos. El proceso de adaptación en
determinados grupos sociales marginados ha creado una “cultura de la pobreza”,
con sus propias representaciones y discursos, mentalidades e ideologías, hasta
escenarios del rock y la aparición de los “chavos banda” como narrativas de
protesta.
El cine etnográfico de Paul Leduc
plasma en sus cintas fílmicas a la ciudad de México –a la vieja ciudad moderna−
y como ésta ha intentado superar las
contradicciones de la modernidad de los años 80´s. La realidad de un barrio marginado queda
capturada en el lente de Leduc, el desplazamiento de la imagen capta la
organización social de los individuos en el tránsito de la escasez. La película
nos demuestra como la inversión capitalista en las grandes ciudades sólo
beneficia a determinado sector social, es cierto que las nuevas ciudades han
planificado su distribución urbana en base a la división económica y de trabajo,
ponen atención −en una idea progreso desmesurado− a las fuerzas productivas de
mayor importancia, excluyendo a sectores vulnerables que no logran o no tienen
los medios para desenvolverse libremente en lo que la ciudad ofrece a
determinados tipos de habitantes.
La película narra el desarrollo de
un grupo humano en las periferias del Distrito Federal, y su proceso arduo de adaptación a la
modernidad capitalista. La reproducción cultural del barrio excluido que nos
muestra Leduc, es enriquecida por la diversidad de los modos de subsistencia o
de ingresos económicos y por los ratos de ocio de sus habitantes, esto es, que
las dinámicas laborales o las formas de obtener dinero marcan un ritmo social y
modos de convivencia conflictiva entre obreros, chavos banda, y delincuentes ¿pues
dígame usted dónde regalan trabajo? La descripción etnográfica de la vida cultural –material y simbólica− en la película, dan muestra
de la falsa idea de progreso en las políticas públicas, dejando claro que las
ciudades nunca han sido pensadas para los pobres, ocasionando una mala
distribución e insalubridad en las viviendas, falta de trabajo, delincuencia,
autoempleos sin demanda laboral, etc.
Roberto Sosa dramatiza a un
adolescente huérfano que intenta sobrevivir de los conflictos que amenazan a su
sector social, su vida social se desenvuelve en dos momentos: siendo obrero en
varios trabajos pesados que a su edad le es difícil realizar con eficiencia y
como chavo influido por el medio juvenil. La teatralización rokcanrolera se ve
representada en las formas de comportamiento vandálico y a la vez reprimido de
los jóvenes punks y banda, protagonistas y víctimas de los conflictos
presentados en la película. Trágico y objetivo es este film −pues ¿cómo ves?
¿Está dura no? Dos/tres− en respuesta a las políticas neoliberales como en su
tiempo fue “Los Olvidados” de Buñuel. La modernidad ha consumido a la realidad,
y ésta en respuesta no ha tenido los medios para posicionarse cómodamente ante
ella, y estas contradicciones quedan materializadas en la vida práctica de la
ciudad y de los habitantes, en especial, los propensos a la escasez económica.